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La intensidad de Roy Scheider y su autenticidad neoyorquina lo hicieron perfecto para thrillers de acción como "Tiburón" y "Contacto en Francia", donde su capacidad para transmitir miedo y determinación creó héroes creíbles que enfrentaban circunstancias extraordinarias. Su experiencia teatral y su disposición a realizar sus propias acrobacias aportaron credibilidad a papeles que requerían valentía física y emocional. Su nerviosismo natural y su ingenio ágil lo hicieron ideal para personajes que piensan con rapidez bajo presión, manteniendo al mismo tiempo una genuina vulnerabilidad humana.
