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El cine de explotación prosperó gracias a temas sensacionalistas y presupuestos bajos, creando carteles que prometían emociones prohibidas mediante la blaxploitation, la sexploitation y el grindhouse. Estos carteles representan películas que traspasaron fronteras al tiempo que se alejaban del Hollywood convencional, a menudo abordando problemas sociales mediante entretenimiento provocador. La estética de la explotación influyó en todo, desde el diseño de carteles hasta los cineastas modernos que buscaban auténtica determinación y energía rebelde.
